jueves, 7 de abril de 2022

9 alimentos ricos en triptófano, el precursor de la serotonina

 

El triptófano es un aminoácido esencial que necesitamos para producir serotonina, el neurotransmisor que regula nuestro estado de ánimo. ¡Que no te falte!.

SEMILLAS DE SESAMO.
CACAO
AVENA
SOJA.
GARBANZOS OR CHICKPEAS
PISTACHOS
CACAHUETES





SEMILLA DE CALABAZA Y GIRASOL


ARROZ INTEGRAL




lunes, 10 de junio de 2019

My New York jobs

In this beautiful country you have to reinvent every time in order to survive and be successful.

lunes, 7 de agosto de 2017

AMOR Y RESPETO DOS PALABRAS CLAVES EN UNA RELACION

RESPETA

Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” (Efesios 5:33)

Dios no tuvo que pedirle a la esposa que amara a su marido porque es algo tan natural en ella que cae por su propio peso. Tuvo que pedirle que respetara a su esposo porque es algo que ella tiene que aprender, para la armonía en su relación de pareja y para la felicidad de su hogar.



Hoy en día, debido a los abusos del pasado por parte del hombre hacia las mujeres y como consecuencia de las actividades de las feministas militantes, las mujeres demandan igualdad en todo. Esto puede aparentar ser bueno, y en parte lo es. Pero hay un lado muy negativo. Los matrimonios sufren y muchos terminan en divorcio porque se está violando el mandamiento dado por Dios a las mujeres de respetar a sus maridos.


Tal como sugiere el psiquiatra Emerson Eggerichs en su libro “Amor y Respeto”, el hombre necesita respeto tanto como la mujer necesita amor. Los estudios sicológicos revelan que un hombre que no se siente respetado en su hogar es un hombre que se siente muy mal y poco motivado a responder hacia su mujer como ella desea. Esto es como una cadena o círculo vicioso que provoca muchas confrontaciones en los matrimonios y que la mayoría de la gente no reconoce. La mujer desea ser amada pero ya que su marido no se siente respetado, éste no tiene motivación suficiente como para amarla del modo que ella anhela.


En una encuesta hecha a un grupo de hombres se les preguntó que preferían: Vivir en una familia donde no se les respetaba y se les hacía sentir inadecuado o deficiente, o vivir solo en algún lugar donde pudiera mantener su dignidad y respeto. La mayoría escogió lo segundo.

Según el diccionario, entendemos por respeto: “Considerar, reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades de una persona, que se acompaña de obediencia y una especie de admiración profunda hacia ella.”


El respeto comienza cuando una esposa honra el liderazgo y la autoridad de su esposo, no porque él sea superior, si no porque es la persona a quien Dios vistió de autoridad para el hogar. En otras palabras, el respeto no está dirigido al hombre sino a la autoridad que hay en él porque Dios lo quiso así. Cuando una esposa entiende esto, respetará y se sujetará a su marido de buen agrado, porque su mirada está puesta en Dios y no en su esposo.

Porque el marido es cabeza de la esposa, 
así como Cristo es cabeza de la iglesia;” (Efesios 5:23)

martes, 18 de abril de 2017

BROOKLYN BOTANIC GARDEN 2017


PAPA FRANCISCO- SER FELIZ





LA FUERZA DEL AMOR



El amar es comprender que detrás de tu coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia.
Cuando amas te das cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni siquiera en sí mismo.
El amar es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la vida.
Amar es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto.
Aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado.
Amar es reconocer y mostrar que tiene el derecho de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo, es permitirle descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales.
Amar es no exigirle al otro que actúe de acuerdo con tus expectativas, es valorarlo por ser quien es, no por como tú desearías que fuera, es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.
Amar es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables.
Amar es permitirle al otro que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas.
Amar también es disfrutar del privilegio de ser tú mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, “este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto… si tú quieres recibirlo”.
Cuando amas disfrutas de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando duda de sí mismo.
Cuando amas contagias tu vitalidad y tu entusiasmo cuando el está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil.
Amar es confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.
Amar es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras francas y sencillas.
Amar es hacerle saber y sentir cuánto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo no conoce.
Cuando amas ves su potencial latente y colaboras para que florezca lo que se encuentra dormido en su interior, es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo.
Cuando amas le permites descubrir sus capacidades creativas y allentas su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.
Cuando amas reconoces y respetas sus limitaciones y lo ves con aprecio sin idealizarlo.
Amar, es amar al otro en su totalidad, es amar su auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.